Young Miko convierte el Choliseo en un escenario de visibilidad y defensa de las identidades trans

La noche en el Coliseo de Puerto Rico mejor conocido como el Choliseo fue mucho más que un concierto. Young Miko ofreció un espectáculo cargado de fuerza escénica, energía urbana y un mensaje claro: la visibilidad y protección de las identidades trans también tienen lugar en los escenarios más grandes de la música.

La rapera puertorriqueña demostró que su proyecto artístico no se limita al entretenimiento, sino que dialoga directamente con las luchas sociales contemporáneas, en especial con la defensa de las mujeres trans y las llamadas Dolls.

El escenario como espacio de protesta y celebración

Uno de los momentos más poderosos de la noche ocurrió cuando Young Miko cedió la pasarela central a su equipo de bailarines para ejecutar una rutina de Vogue Femme. Cada movimiento estuvo cargado de intención, precisión y orgullo, transformando el escenario en un espacio de afirmación y resistencia.

Lejos de ser un simple interludio coreográfico, esta presentación se convirtió en un acto político: el cuerpo, el baile y la presencia trans como herramientas de visibilidad en una industria que históricamente ha marginado estas identidades.

“Protect The Dolls”: un mensaje que atraviesa el show

A lo largo del espectáculo, el mensaje “Protect The Dolls” resonó con fuerza, dejando claro el posicionamiento de Young Miko frente a la violencia estructural que enfrentan las mujeres trans. No fue un discurso aislado, sino una consigna integrada al ritmo, al performance y a la narrativa del concierto.

Con esta declaración, la artista subrayó que las personas trans merecen existir, expresarse libremente y ser protegidas, tanto en el espacio público como en los escenarios de la música urbana.

El perreo también es resistencia

La respuesta del público fue contundente. El Choliseo vibró no solo con beats y coros, sino con una ovación colectiva que confirmó que la música urbana puede ser también un espacio de conciencia, empatía y comunidad.

Young Miko dejó claro que el perreo, lejos de ser superficial, puede convertirse en un lenguaje de resistencia cultural, donde la fiesta y la protesta conviven, y donde las identidades trans no solo son bienvenidas, sino celebradas.

Con este show, la rapera reafirma su lugar como una de las voces más relevantes de su generación, capaz de unir música, identidad y activismo sin concesiones.