
La disforia de género: una realidad silenciosa que muchas personas trans enfrentan
- Amame Trans
- 24 may
- 2 Min. de lectura
Aunque el tránsito hacia una identidad afirmada puede ser liberador, para muchas personas trans el proceso también está lleno de momentos complejos, entre ellos, la disforia de género. Esta experiencia no siempre se habla con apertura, pero es parte fundamental de muchas vivencias trans.

¿Qué es la disforia de género?
La disforia de género es el malestar emocional o psicológico que surge cuando hay un conflicto entre la identidad de género de una persona y las características sexuales asignadas al nacer. No se trata de “no aceptarse”, sino de sentir una profunda incongruencia entre el cuerpo, las expectativas sociales y el verdadero ser.
Puede manifestarse de múltiples formas:
Incomodidad al ver o sentir partes del cuerpo.
Dolor emocional al ser llamado por un nombre o pronombre incorrecto.
Ansiedad social o deseo de ocultarse.
Crisis internas durante cambios hormonales o físicos.
No todas las personas trans viven disforia, pero quienes sí, merecen ser escuchadas
Es importante aclarar que no todas las personas trans sienten disforia, y eso no invalida en lo absoluto su identidad. Pero quienes sí la viven, atraviesan un proceso que puede ser muy doloroso, especialmente en contextos donde no hay acceso a atención médica, acompañamiento psicológico o espacios seguros.

El silencio y la presión por “estar bien”
En una sociedad que exige que las personas trans se muestren fuertes, orgullosas y “listas para la foto”, hablar de la disforia se vuelve difícil. Muchas veces hay miedo a “no parecer lo suficientemente valiente” o “fallarle al discurso del orgullo trans”.
Pero sentirse vulnerable no te hace débil: te hace humano.

¿Cómo se puede acompañar a alguien con disforia?
Escuchar sin juzgar.
No presionar a que “se amen como son”, sino acompañar el proceso hacia cómo quieren ser.
Usar el nombre y pronombres correctos.
No opinar sobre su cuerpo.
Recordar que no todo lo visible se entiende desde afuera.
La disforia no define a nadie, pero merece espacio
Hablar de disforia no es lo opuesto al orgullo. Es parte del camino.
Es reconocer que la identidad trans no siempre se vive desde la euforia, y aún así, es completamente válida.
Ser trans no significa estar siempre bien, significa vivir tu verdad, incluso en los días difíciles.