
Alejandro Speitzer presenta CRUISE: memoria, música y resistencia en el escenario
- Diego Loyola Mx

- 25 sept
- 2 Min. de lectura
La Ciudad de México se vistió de teatro y emoción con la presentación de CRUISE, el nuevo proyecto de Alejandro Speitzer. Acompañado por el director Alonso Íñiguez y el productor Sergio Gabriel, el actor compartió con los medios su regreso a los escenarios a través de un monólogo intenso que mezcla memoria, humor, dolor y esperanza.

La obra, escrita originalmente por el británico Jack Holden, llega a México bajo la adaptación de Íñiguez y tendrá temporada en el Foro Lucerna (Teatro Milán) a partir de finales de octubre.
Un viaje a los ochenta con eco en el presente
Ambientada en plena crisis del VIH en los años ochenta, CRUISE cuenta la historia de Jack, un joven voluntario en una línea de ayuda para la comunidad LGBTQ+. A través de las llamadas que recibe, se revelan relatos de amor, miedo, culpa y resistencia, que retratan el impacto humano de una época marcada por la discriminación y la pérdida.
“Este proyecto no solo habla del pasado, sino también del presente. Muchas heridas siguen abiertas y es importante que no olvidemos lo que sucedió”, expresó Speitzer durante la conferencia de prensa.
El compromiso detrás del escenario

Speitzer no solo protagoniza el montaje, también asume el rol de productor, convencido de que el teatro es un espacio para abrir conversaciones necesarias.
“Quiero que las nuevas generaciones sepan lo que pasó, que puedan ver más allá de las estadísticas y escuchen las voces de quienes vivieron esa realidad”, afirmó el actor.
Detalles de la puesta en escena
Estreno: 24 de octubre en el Teatro Milán
Formato: monólogo acompañado por un DJ en vivo, que aportará el pulso musical de la época
Dirección: Alonso Íñiguez
Producción: Sergio Gabriel y Alejandro Speitzer
Eje temático: dignificar la memoria de las personas con VIH, romper estigmas y sembrar empatía intergeneracional
Más que teatro, un acto de resistencia
CRUISE se presenta como una experiencia íntima que rescata voces silenciadas y convierte el dolor en un canto de vida. Es un recordatorio de que la memoria es también un derecho, y que visibilizar las historias de quienes estuvieron en la primera línea de la crisis del VIH sigue siendo urgente.
Para quienes creemos en el poder transformador del arte, esta obra promete ser un espacio donde el pasado ilumina el presente, y el teatro se convierte en un puente de resistencia, dignidad y amor.







