SEXO TRANS Y SIN CULPA: UN PLACER QUE TAMBIÉN ES NUESTRO

Por mucho tiempo nos dijeron que el placer no era para nosotrxs. Que nuestro cuerpo tenía que esconderse, que la disforia nos iba a ganar siempre, que el deseo era algo complicado, incómodo o “de otro mundo”. Pero aquí estamos: cuerpxs trans, reales, vivos, deseables y capaces de gozar. Porque sí, el sexo también es nuestro. Y tenemos todo el derecho a vivirlo sin culpa, sin miedo y sin explicaciones.

Tener sexo siendo trans no debería ser un campo de batalla interno. No debería darnos vergüenza decir: sí, me gustó o sí, me dieron ganas o sí, lo hice y lo volvería a hacer. El deseo trans existe. El placer trans es poderoso. Y no tenemos que esperarlo en relaciones perfectas, ni esconderlo detrás del amor romántico. A veces también se trata de conexión, de piel, de sentirnos vivos en el presente. Y eso está bien.

Tener sexo trans y sin culpa es también un acto de cuidado. De usar condón, de hablar claro, de saber lo que sí y lo que no. De poner límites, de soltar juicios, de dejarnos llevar sin perdernos. Porque cuando hay consentimiento, respeto y comunicación, lo demás fluye. El cuerpo responde, la mente se relaja, y el goce llega sin filtros ni permisos de nadie.

Así que si hoy te diste la oportunidad, si sentiste placer, si te tocaste, si cogiste con alguien, si respiraste hondo después y dijiste “me gustó”, ¡felicidades! Eso también es ser trans. Eso también es resistir. Eso también es cuidarte. Y no, no le debes explicación a nadie.

Porque vivir tu sexualidad con libertad no te hace menos trans. Te hace más tú.